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martes, 31 de mayo de 2011

Medallones de avena con tofu a la salsa de miel y romero

Después de una pequeña ausencia porque cuando una está desocupada todas las ocupaciones aparecen juntas y no le dejan a una ni un minuto para perder en aficiones marujiles varias, retomo mis cazuelas con una receta gourmet: medallones de avena con tofu a la salsa de miel y romero. Están riquísimos, en serio. Por cierto que los carnívoros podéis preparar esta receta con escalopines en vez de con medallones de avena; yo misma lo hubiera hecho así hace unos meses, pero ahora creo que el saborcillo de la avena le da un toque más especial.  :-)


Medallones de avena con tofu a la salsa de miel y romero

Qué lleva:

  •  Para los medallones:
    1. Avena
    2. Leche -de vaca o de soja- o yogur (ojo que el yogur es más agrio)
    3. Agua, sal y especias al gusto (no os paséis con las especias, que la salsa va a estar muy rica; si acaso un poquito de pimienta)
  • Para la guarnición:
    1. Ajo-puerro o cebolla tierna.
    2. Zanahoria en daditos.
    3. Tofu en daditos.
    4. Aceite.
    5. Vino.
    6. Salsa de soja.
    7. Miel.
    8. Romero. y pimentón
 Cómo se hace: 
  1. Mezclamos bien la avena con la sal y las especias (repito: no os paséis de especias para no matar el sabor de la salsa; podéis incluso no poner especias, aunque una chispita de pimienta siempre le da chispa a los platos).
  2. Agregamos el líquido que hayamos elegido (leche -de vaca o de soja-, o yogur), despacito: añadimos un poco, amasamos, añadimos otro poco... Tenemos que obtener una masa compacta. Si se desmorona demasiado, añadimos otro poquito de avena y mezclamos bien. La consistencia tiene que quedar muy parecida a la de la carne picada.
  3. Ya tenemos los medallones preparados, ahora vamos a por la guarnición: en una sartén con una chispitina de aceite, doramos el ajo-puerro o el cebollino, le damos un par de vueltas con la cuchara y añadimos los daditos de zanahoria y de tofu.
  4. Agregamos el pimentón y el romero, y removemos con cuidado (el tofu es delicado y se puede romper).
  5. Rociamos con un poco de salsa de soja (mejor si tenemos forma de echarla por goteo; yo suelo abrir las botellas pinchando la tapa para que nunca me caiga un chorro de salsa de soja porque sabe demasiado fuerte; al pinchar la tapa cae a gotas, y aunque requiere un poco más de paciencia, se puede dosificar mejor). Tenemos que procurar que la salsa de soja caiga encima de todos los daditos de tofu más que en la sartén o en la zanahoria; yo suelo ir dadito por dadito.
  6. Dejamos que la salsa de soja vaya reduciendo, y mientras formamos los medallones. Recordad que entre uno y otro conviene que os lavéis y os sequéis bien las manos para que no se os pegue la masa a la piel.
  7. Hacemos hueco en la sartén y colocamos los medallones con cuidado; los doramos por ambos lados.
  8. Removemos con cuidado, agregamos un poquito de vino tinto y lo dejamos reducir,
  9. Removemos otra vez con cuidado y echamos miel al gusto, cuidando de que caiga encima de los medallones de avena. Removemos hasta que vemos que todo adquiere como una película brillante, y listo, ¡a comer!
Esta receta, servida en un plato bonito y adornada con una flor y una ramita de perejil, queda de fábula. Si además lo ponéis todo encima de una hoja de lechuga, el plato no se pegoteará tanto y será más fácil de fregar (jeje).


sábado, 14 de mayo de 2011

Mayonesa cobarde: ¡corre, huevo, corre!

Una expresión bien castiza para describir a un cobarde en España es "no tiene huevos". Así que válganos la cita de Homer Simpson para dar pie a la primera receta de este vuestro blog: la mayonesa sin huevo. Vamos a llamarla "vegetanesa", para abreviar.

Aclaro, anticipándome a la pregunta, que hay muchos vegetarianos que no consumen ningún producto de origen animal: ni leche ni huevos ni miel. Estas personas, normalmente denominados "veganos" (ya haremos un post sobre los diferentes tipos de vegetarianismo, que tiene telita marinera), son los que no utilizan huevos en la preparación de sus mayonesas; un vegetariano (matizando: un ovo-lácteo- vegetariano, y reitero que ya haremos un post sobre esto) sí puede comer mayonesa normal.

Pero entonces, ¿por qué sin huevo? ¿Se trata de sustituir la mayonesa para siempre? No. Un carnívoro puede perfectamente conocer, cocinar y comer recetas vegetarianas. Ya sé que dicho así suena un poco a perogrullada, pero yo lo remarco porque, al menos en España, a veces pienso que existe una extraña rivalidad vegetarianos-carnívoros, donde lo uno parece excluir por completo lo otro. Y es curioso, porque a ver: un vegetariano no come carne, vale, pero ¿por qué un carnívoro no va a comer platos vegetarianos? De hecho, yo no como carne pero sí huevos y leche, es decir, puedo comprar mi tarro de mayonesa Ybarra y ser feliz con él, y sin embargo estoy encantada con la vegetanesa. ¿Por qué? Pues porque pienso que ser capaz de cocinar mayonesa sin huevos puede ser muy útil en determinadas circunstancias; uno puede consumir mayonesa normal habitualmente, y en cambio recurrir a la vegetanesa cuando, por ejemplo:

  • Estamos a dieta. Las recetas de mayonesa que no incluyen huevo suelen necesitar mucho menos aceite para ligar y quedar cremosas, por lo que son bastante menos calóricas.
  • Tenemos colesterol. Menos aceite y nada de huevo: un favor a nuestras arterias cuando más lo necesitan.
  • Salimos de excursión en verano. No huevo crudo: no salmonelosis.
  • No tenemos muy buena mano para ligar la mayonesa. Lo que se corta es el huevo, así que si le damos cremosidad con otros productos, a poco que removamos nos va a quedar una cremita consistente.
  • Tenemos un poco de prisa y no nos apetece liarnos con el montaje y limpieza de la batidora. La mayonesa sin huevo se puede batir a mano en un bol, y no se nos corta.
Así que bueno, aquí os dejo estas alternativas por si queréis echar mano de ellas en algún momento. Alternativas, en plural. No os voy a dar una receta de la manera habitual (ingredientes, cantidades, método de preparación), sino a enumerar los productos más habituales por los que podemos sustituir el huevo. Hao le! Vamos a ello.

VEGETANESA (mayonesa sin huevo)

Qué lleva:
(no especificamos cantidades, lo veremos más tarde en "preparación")
  1. Sustitutivo del huevo. Podemos usar muchos, y cada uno tiene un efecto diferente. Vamos a verlos:
    • Tofu. Ya sabéis, queso de soja; no muerde. Caro en las dietéticas, barato en los supermercados chinos (y sí, muchas veces es la misma marca, o marcas aún mejores; y sí, haremos un post sobre las dietéticas y los vegetarianos cortos de bolsillo, también). Un taquito de tofu blando bien machacado espesa cualquier salsa, lo mismo con la vegetanesa: machacamos un taquito de tofu y lo batimos en agua, leche, leche de soja o suero del propio tofu; en esta receta, el espesor de la vegetanesa lo vamos controlando añadiendo más tofu, no más aceite. El tofu tiene su propio sabor, pero es tan suave que la vegetanesa acaba tomando el sabor del aceite, el acidulante y el puntito de sal; un buen truco es dejarla reposar unas cuantas horas antes de servirla, así el sabor del tofu prácticamente acaba por desaparecer. RECETA EXTRA: si al tofu machacado y batido, bien espesito, le añadimos un aceite suave, eliminamos el acidulante y le ponemos azúcar en vez de sal, nos queda NATA PARA POSTRE; no se puede montar, pero se puede echar por encima de cualquier plato dulce y queda muy rica; esta misma receta, sin azúcar pero también sin sal ni acidulante (es decir, tofu batido y aceite suave) se puede usar como NATA PARA COCINAR.
    • Yogur. La vegetanesa con yogur queda un poco más ácida, pero está muy bien para los que no gustan de sabores o texturas desconocidos, porque obviamente el yogur nos es más familiar que el tofu. Si es demasiado espeso para vuestro gusto, podéis batirlo con agua o leche para que quede más cremoso y menos sólido.
    • Leche, de vaca o de soja. La desventaja de esta receta es que la leche no es espesa, por lo que hay que engordarla con mucho aceite o añadirle algún espesante como el agar-agar (de venta en dietéticas). Yo personalmente no gusto demasiado de esta versión porque pierde algunas de las ventajas de la vegetanesa (o perdemos la ventaja del poco aceite, o tenemos que recurrir a espesantes auxiliares, siendo el agar-agar un producto que probablemente no tengáis en casa de forma habitual), pero como hay quien la adora, yo os la cuento.
  2. Aceite. De oliva virgen si os gusta fuerte, de oliva refinado para un toque más suave, y hay quien prefiere el de girasol. Vosotros escogéis.
  3. Acidulante: los habituales, limón o vinagre, y siempre al gusto, a cada cual le gusta la mayonesa más suave o más ácida, así que podéis elegir.
  4. Sal: un pellizquito de sal siempre la va a hacer más sabrosa.
  5. Ajo opcional: uno o dos dientes de ajo bien machacados pueden sacar un ajoaceite rico-rico.
  6. Tomate triturado opcional: RECETAS EXTRA: tomate con azúcar y vinagre: sirve de KETCHUP.. Tomate con menos azúcar y un chorrito de vodka o coñac: sirve de SALSA COCKTAIL.
Cómo se hace:
(¡Más fácil imposible!)
  1.  Preparad el sustitutivo del huevo que más os apetezca, según las formas que os he explicado más arriba. Buscad en este paso la cantidad de vegetanesa y la consistencia que queráis conseguir, porque no la vamos a engordar después con el aceite, es decir, la cantidad y textura que obtengáis ahora es prácticamente la que vamos a tener al final..
  2. Añadidle aceite a vuestro gusto. Lo importante es recordar que el elemento principal de la vegetanesa NO es el aceite, como en la mayonesa normal, sino el sustitutivo del huevo; el aceite se lo añadimos para hacerla más gustosa, así que le ponemos el que nos apetece. Un poquito suele bastar.
  3. Añadimos el acidulante, el que nos guste, y en la cantidad que nos guste. El consejo para no pasarnos es ir poquito a poco y probar después de cada añadido y removido hasta llegar al punto ideal.
  4. Retocamos de sal, y le ponemos los opcionales si queremos.
  5. Batimos un poquito más (recordad que se puede hacer a mano) y la dejamos reposar un rato si queremos, aunque se puede consumir al momento; simplemente un ratito de reposo la asienta mejor.
¡Buen provecho!