martes, 25 de octubre de 2011

Romanescu al horno

¿Conocéis el romanescu? Es una hortaliza de otoño, híbrida entre la coliflor y el brócoli y documentada por primera vez en Italia en el siglo XVI, rica en vitamina C, fibra soluble y caroteno, y que presenta la particularidad de ser un fractal perfecto. Como una imagen vale más que mil palabras y el romanescu es una hortaliza preciosa, os dejo una fotito:
Bonito, ¿eh? Personalmente soy muy aficionada al romanescu, porque el olor y el sabor son más suaves que el de la coliflor y el brócoli, y también da menos gases, que hay que pensar en todo. Se pueden hacer montones de platos con él, desde cremitas hasta hervidos, pero hoy voy a compartir con vosotros una receta de romanescu al horno pensada para no perder propiedades al hervirlo. Espero que os guste, a nosotros nos ha encantado; además es facilísima de hacer, se tarda más en leerla que en prepararla.

¿QUÉ LLEVA?
  • Patatas (1 patata pequeña por persona puede estar bien)
  • Especias para las patatas, al gusto; yo les pongo: perejil picadito, orégano, pimientas variadas, pimentón dulce, ajo en polvo (el ajo natural puede ser demasiado fuerte, pero también queda rico si lo preferís).
  • Vino blanco
  • Aceite de oliva
  • Tomates secos (la cantidad va a vuestro gusto)
  • 1 romanescu (una pieza pequeña suele sacar 2/3 raciones)
  • Sal, agua
  • Toppings al gusto; yo echo: avellana picadita y sésamo.
  • Levadura de cerveza y/o germen de trigo para darle consistencia a la salsa (esto es totalmente opcional; un poquito de harina o maizena disueltas en agua tibia también puede darle consistencia; otra opción es dejar la salsa como salga, sin engordarla; a vuestro gusto)


¿CÓMO SE HACE?
  • Precalentamos el horno a 200º mientras preparamos todo lo demás.
  • Forramos una bandeja de horno con papel vegetal o con papel albal (en este caso le ponemos un poquito de aceite al papel albal para que no se pegue el asado).
  • Pelamos las patatas (si son muy nuevas se les puede dejar la piel y quedan ricas ricas) y las cortamos en rodajitas finas.
  • Distribuimos las rodajitas de patata en el fondo de la bandeja, las aderezamos con las especias que hayamos elegido (por cierto, ¡¡¡no se dice "especies"!!!), les echamos un poquito de sal y aceite de oliva a cada una, y las regamos con el vino blanco al gusto.
  • Lavamos el romanescu y lo cortamos respetando las flores para que no se desmenuce; si le quitamos el tallo central es muy fácil. Por cierto, el tallo y las hojas verdes más tiernas se pueden guardar en la nevera para hacer un puré otro día (RECETA EXTRA: ponéis a hervir el tallo y las hojas tiernas junto con una patata pequeña por persona y un poquito de perejil, cocéis hasta que esté blandito, y luego lo echáis a la batidora, le añadís un quesito de porción o un chorrito de nata vegetal o leche de soja, retocáis de sal y pimienta, y a comer!!!).
  • Distribuimos las flores de romanescu por encima de las patatas.
  • Echamos los tomates secos en los huecos que veamos.
  • Salamos un poquito y añadimos la levadura de cerveza y/o el germen de trigo si se lo vamos a echar (o el vasito de agua con harina o maizena disueltas), procurando que vaya al fondo y a los bordes de la bandeja, donde haya líquido.
  • Echamos aceite de oliva cuidando de que le caiga a todas las flores del romanescu.
  • Regamos con un poco de agua, especialmente los tomates secos, para que se hidraten durante el horneado y se pongan bien tiernos.
  • Añadimos los toppings que hayamos elegido.
  • Cuando el horno esté preparado, metemos la bandeja y horneamos a 180º unos 20 minutos; si queremos, al final podemos gratinar un minutillo o dos, para que quede más crujiente.
  • Sacamos del horno, dejamos reposar cinco minutos, y ¡a comer!!!!!!!!!! ¡Qué aproveche!

No hay comentarios: