miércoles, 9 de mayo de 2012

Patatas especiadas de Otik

Cualquiera que en su adolescencia haya soñado con la Dragonlance sabrá a qué receta me refiero: las famosas patatas especiadas que Otik servía en su posada El Último Hogar, donde toda la trama da comienzo. La receta no aparece en los libros (salvo tal vez en "Apéndices"), pero el manjar se menciona suficientes veces como para hacer agua la boca de cualquier lector. Así pues, a modo de homenaje a esta saga que me aportó tantísimos momentos de ilusión, he decidido llamar así a mi receta de patatas especiadas.

Dicho esto, os comento que como estas patatas no llevan aceite, son una alternativa deliciosa y ligera a las habituales guarniciones de patatas fritas; os invito especialmente a probarlas junto a unos huevos, ya veréis que ricas. Pero bueno, no más prólogos: vamos a la receta.


¿QUÉ LLEVA?

  • Patatas (yo suelo poner una, medianita, por persona, pero depende del hambre)
  • Agua
  • Sal
  • Pimienta (yo le pongo la mezcla de pimientas del Mercadona, la que se muele en el momento)
  • Ajo en polvo
  • Cebolla en polvo
  • Perejil seco
  • Orégano
  • Pimentón dulce
  • Pimentón picante
  • Ingrediente secreto (explicado más abajo, en el "cómo se hace")

¿CÓMO SE HACE?

  • Pelamos las patatas y las picamos en lonchas finas
  • Las echamos en un recipiente para microondas (yo utilizo un estuche de vapor de Lekue, gran regalo de mi padre, en el que se preparan unas verduras riquísimas sin necesidad de aceite, al vapor)
  • Les echamos un chorrito de agua y las removemos bien
  • Añadimos las especias y las hierbas; yo suelo añadirlas de dos en dos, mezclar bien (si usáis el estuche de Lekue, podéis cerrarlo y agitarlo, así no se pegan las especias a la cuchara de remover).
  • Añadimos el ingrediente secreto. Este es vuestro ingrediente personal, el que va a volver vuestra receta única e irrepetible. Sólo tenéis que echarle imaginación y por ejemplo escoger otra hierba (estragón, albahaca, romero, tomillo...), otra especia (nuez moscada, curry, cúrcuma...), un chorrito de aceite de oliva, una cucharadita de miel, un poco de almendra molida... algo que personalice vuestra receta y la haga diferente de la mía (no, mi ingrediente secreto no lo voy a contar :-) )
  • Ponemos al microondas, 15 minutos si usamos el estuche Lekue, y alrededor de 20 si es es un recipiente normal (entonces lo mejor es que a los 15 minutos las saquéis y pinchéis a ver si ya están hechas, si no las pongáis un par de minutos más y volváis a comprobar... que ya sabéis que en microondas es fácil que las cosas se pasen).
Y esto es todo por hoy. ¡A ver si las probáis y me contáis qué tal os han quedado!

viernes, 20 de abril de 2012

Pastel de chocolate crudivegano

Esta receta no es mía sino del blog La Vida en Crudo. No pretendo hacerme crudivegana (un tipo de alimentación que prescinde de la carne, el pescado, los productos de origen animal como leche, huevo y derivados, y los alimentos procesados o cocinados a temperaturas superiores a los 40º), pero de cara al verano me ha dado por investigar recetas de alimentos crudos, bien fresquitos, para no quedarnos sólo con el típico gazpacho; y aunque esta receta en concreto no entra dentro del campo que buscaba ( no es precisamente fresquita y ligerita... ), me parece tan deliciosa que he querido compartirla con vosotros. Además, así inauguramos la sección de postres.¡Que disfrutéis!


¿QUÉ LLEVA?

-400 gr de nueces, previamente remojadas durante una noche y ya secas.
-10/15 dátiles deshuesados.
-3 cucharadas de cacao puro en polvo
-3 cucharadas de algarroba en polvo
-1 cucharadita de vainilla (en polvo o líquida)
-1 cucharadita de sal
-Coco rallado (opcional)

¿CÓMO SE HACE?
1, tritura las nueces en el robot de cocina, picadora...
2, cuando sean del tamaño de un garbanzo crudo, añade los dátiles (recuerda, ¡deshuesados!), el cacao, la algarroba, la vainilla y la sal; tritura hasta que al presionar la mezcla con los dedos la notes compacta, si no lo es añádele más dátiles. Bueno, ¡esto va a ser el pastel! Ahora vamos a convertirlo en una masa compacta.
3, coloca la masa en un recipiente redondo o en un molde para pasteles, y presiónala con las manos o con una espátula hasta conseguir la forma deseada.
4, si quieres, espolvorea de coco rallado.


NOTA DE MY VEGGIE DAYS: Se me ocurren otros toppings, como almendra troceada, chocolate puro rallado, piñones, pasas, copos de avena, y ya fuera del campo crudivegano, fideos de chocolate, nata montada o incluso queso fresco.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Paté de perejil

Desde que soy flexitariana, mi padre se está convirtiendo en un auténtico chef de la cocina veggie para hacerme comiditas ricas cuando voy de visita (¡gracias, papá!). Esta es la adaptación de una receta que me dio él, la cual a su vez es una adaptación de otra receta de Mónica, una amiga y colega de mi madre. Gracias a los tres por las sucesivas versiones y por el boca a boca. Espero que os guste.


PATÉ DE PEREJIL


¿QUÉ LLEVA?
  • Media tarrina de queso de untar (yo lo pongo light)
  • Dos manojos de perejil (o media bolsa de perejil del Mercadona)
  • Dos dientes de ajo
  • Un puñadito de avellanas (como unas 10)

¿CÓMO SE HACE?

Más fácil imposible: se echa todo a la picadora, y a picar hasta que quede cremoso. Ojo que vuestra picadora sea capaz de triturar las avellanas; si no, hay que echar mano del mortero y tal vez sustituirlas por nueces o anacardos, que son más blanditos y se machacan mejor. Si no queda muy verde, necesitas añadir un poco de perejil.


TRUCOS:
  • Si quieres una versión vegana, sustituye el queso de untar por medio bloque de tofu blando, un buen chorretón de aceite de oliva virgen, unas gotas de limón y un pellico de sal.
  • Si te gusta más consistente, prueba a echar una cucharada de lecitina de soja.
  • Si por el contrario te gusta más cremoso, prueba a echar un chorrito de aceite de oliva virgen.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Redondo de seitán (vegano o vegetariano)

¿Te encanta el redondo pero no comes carne? ¿O tienes demasiado colesterol? Entonces esta receta te va a encantar; es un poco trabajosa pero los resultados son espectaculares.

¿QUÉ LLEVA?


Para el rollo de seitán:

  • 2 unidades de gluten de trigo 
  • 1/2 unidad de copos de avena
  • Un puñado de nueces bien machacadas 
  • Especias al gusto; yo pongo: ajo y cebolla en polvo, pimienta molida, pimentón de la Vera abundante, orégano, perejil, sal.
  • 2 unidades de agua tibia
  • 1 chorretón de salsa de soja (opcional)
Para el relleno; a elegir los ingredientes que queramos entre, por ejemplo:
  • Pimiento morrón en tiras
  • Setas de cardo untadas de aceite
  • Cebolla en trocitos
  • Queso en daditos (para los veganos, se puede sustituir por tofu duro marinado en una mezcla de aceite de oliva, levadura desamargada de cerveza, y sal)
  • Huevo cocido troceado (los veganos pueden eliminar esta opción o sustituirla por tofu blando)
  • Zanahoria en tiras
  • Aceitunas picadas
  • Champiñones laminados
  • Ajo laminado
  • Guisantes
  • Maíz
Otros ingredientes:
  • Aceite de oliva y salsa de soja (para el agua de la cocción).
  • Sal y especias al gusto (no demasiadas porque ya llevamos las del seitán; un poco de sal y pimienta molida puede ser suficiente)
Material adicional:
  • Un paño fino de algodón o una gasa grande.
  • Hilo para cocinar.

¿CÓMO SE HACE?
  1. Mezclamos bien los ingredientes sólidos del rollo: gluten de trigo, copos de avena, nueces machacadas y especias.
  2. Agregamos un chorretón de salsa de soja y vamos añadiendo el agua tibia hasta que la masa coja consistencia y se convierta en una sustancia densa y elástica; si se rompe con facilidad al sostenerla en el aire, añadimos un poco de gluten, mientras que si es demasiado rígida como para trabajarla tenemos que agregar un poquito más de agua.
  3. Mientras tanto, ponemos a hervir una olla grande con agua.
  4. Extendemos el paño o la gasa sobre una superficie bien seca, y colocamos encima la masa de gluten, trabajándola con las manos poco a poco hasta conseguir un rectángulo mediano, no demasiado grueso.
  5. Colocamos los ingredientes que hayamos elegido para rellenar el redondo (yo he puesto los que habéis visto, pero con imaginación se llega muy lejos, experimentar es siempre una buena opción). Cuidamos de que no sean excesivamente abundantes ni lleguen exactamente al borde.
  6. Hora de cerrar el redondo. Levantamos uno de los laterales largos del paño para doblar el redondo sobre sí mismo hasta la mitad; la sujetamos con los dedos o bien con unos palillos, y levantamos el otro lateral largo del paño para cerrar la otra mitad del redondo colocándola por encima de la parte que tenemos ya enrollada (si hemos usado palillos, que no se nos olvide quitarlos!!!).
  7. Hora de empaquetar. Sin levantar el redondo, ajustamos bien el paño que hemos usado para doblarlo hasta dejarlo bien envuelto. Entonces, con el hilo de cocinar, cerramos bien los extremos del paño, y vamos enrollando el hilo alrededor del redondo; lo mejor es extender el hilo y hacer girar el redondo por encima ejerciendo presión con las manos para que no se nos desmonte. Está claro que este es el paso más delicado y pringoso del proceso.
  8. Si el agua de la olla ya está hirviendo, añadimos otro chorretón de salsa de soja y una cucharada de aceite de oliva y echamos el redondo bien atado, con cuidado de no dejarlo caer para que no se rompa ni nos salpique el agua hirviendo (podéis ayudaros con la espátula). Si hace falta, añadimos agua para que el redondo quede lo más cubierto posible.
  9. Dejamos hervir a fuego medio-bajo durante una hora, agregando agua si hace falta; entonces le damos la vuelta al redondo y dejamos hervir otra hora más. En total, dos horas.
  10. Sacamos el redondo y lo dejamos escurrir en un colador de verduras, de los grandes, con algo de peso encima (por ejemplo una fuente de cerámica; no demasiado peso o el redondo se aplastará). Lo dejamos 20 minutos por cada lado.
  11. El caldo podemos congelarlo. No es demasiado sabroso pero tiene proteinas, y puede servir para hervir pasta o arroz, siempre teniendo en cuenta que va a haber que aliñarlo porque no es un caldo para dar sabor sino sólo para alimentar.
  12. Personalmente suelo dejar el redondo en la nevera toda la noche y comerlo al día siguiente porque se corta mucho mejor frío, y las rodajas se calientan bien en un microondas o en una sartén; hay quien prefiere dejarlo enfriar y al día siguiente gratinarlo al horno antes de servirlo. Esto queda ya a vuestra preferencia y a vuestra experiencia.
¡Que disfrutéis!